Arroje
Episodios de mi neurosis. Me ha pasado con un par de libros que me han resultado tan malditos que me da por arrojarlos contra las paredes. Me pasó con la Insoportable Levedad del Ser, y ese capítulo además marcó el inicio de mi insana relación con Mr. Kundera, señor que odio-amo cada vez que lo leo. También ocurrió con Nada Menos que Todo un Hombre, de Unamuno, y con Crimen y Castigo de Dostoievsky.
Es definitivo: la moral fue hecha para los débiles.
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